2017-08-31

El papel de controladores y aprendices en el clima laboral.

Controladores y aprendices.

Por José Luis Pérez Huertas. 

Cartografía emocional.

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El papel de controladores y aprendices en el clima laboral

Todas las personas con las que usted convive y trabaja tienen diferentes formas de percibir el mundo. Es un fenómeno que usted conoce y que le llamamos diversidad. Pero, ¿cómo actuamos frente a esa diversidad? Cada uno de nosotros actuamos frente a esas diferencias de manera distinta.


En un extremo están los controladores. 


Son aquellas personas que saben, o creen saber, cómo son las cosas. Creen que su punto de vista es el correcto, lo que automáticamente invalida el punto de vista de quien pueda opinar de forma diferente. Por ello intentan imponer el suyo. Su autoestima está basada en tener la razón, y eso explica por qué dedican tanta energía a hacer creer a los demás que están en posesión de ella. Como habrá advinado, la diversidad no es precisamente un espacio en el que se encuentren cómodos.

En el otro extremo están los aprendices. 


Ellos saben que su forma de ver el mundo sólo les permite acceder a una parte del rompecabezas y que este se pueda completar compartiéndolo con los demás, e invitándoles a que ellos también compartan sus piezas y jueguen a crearlo en un ejercicio de aprendizaje mutuo. Su autoestima está basada en mantener una actitud abierta y en invitar a los demás a compartir sus puntos de vista.

La actitud de arrogancia.


Los controladores viven en la arrogancia, en la creencia de que sus propias perspectivas y opiniones son las correctas y, por tanto, en que todos los que piensan de manera diferente están equivocados. Los aprendices viven en la humildad, en el respeto y la aceptación de las opiniones de los demás, pues explorar estas opiniones les ayuda a trabajar en una visión más completa.

El aprendizaje y la humildad.


Las organizaciones que se construyen sobre el aprendizaje y la humildad saben rentabilizar la inteligencia colectiva que conforman las personas que trabajan en ellas. Aprovechan la diversidad y se interesan por crear relaciones ganar-ganar. Sus directivos definen los objetivos y estrategias de forma consensuada en un ejercicio en el que comparten sus opiniones y escuchan las de los demás.

El daño de la actitud arrogante.


Aquellas que se construyen sobre el control y la arrogancia parten de que las personas con responsabilidades en la dirección se hallan en posesión de la verdad, y de que hay que protegerse y derrotar a quienes puedan albergar puntos de vista alternativos. Estas organizaciones renuncian a desarrollar la inteligencia colectiva, pues no creen en ella, y se limitan a imponer su pensamiento único. Gran parte de la energía de las personas se dedicará a defender objetivos que se han definido de manera unilateral y a manipular cualquier información que pueda contradecir “la verdad oficial”.

Con estos cimientos, la organización se convertirá en un caldo de cultivo para el desarrollo actitudes defensivas y controladoras, de agendas ocultas, de alianzas personales y de manipulación y ocultación de la información.

Diversidad e inteligencia colectiva.


Las personas que le rodean aportan diversidad a la vida. Puede reprimir esta diversidad imponiendo sus puntos de vista o puede aprovecharla. A través del diálogo esa diversidad puede generar una inteligencia colectiva con una capacidad superior a la suma de nuestras inteligencias individuales. Y esto es muy importante si tenemos en cuenta que la magnitud de los desafíos a los que nos enfrentamos hoy en día requiere soluciones complejas y desarrolladas a partir de la colaboración.

Protéjase de la arrogancia y del pensamiento único: existen tantas formas de ver nuestro planeta como personas viven en él. Si usted considera que la suya es la mejor o la más privilegiada es posible que deba revisar sus creencias.

Notas

La distinción controladores y aprendices y sus efectos sobre las organizaciones fueron introducidas por Chris Argyris y Donald Schön. Fredy Kofman las desarrolla en su obra La empresa consciente. Está publicada por Aguilar.

Posteado por: joseluisp |
20 enero 2011

El autor:

Me llamo José Luis Pérez Huertas – Soy consultor en Desarrollo Directivo – Tengo 42 años – Vivo en Sevilla y en Madrid – Estoy certificado como Coach Ejecutivo – He ocupado varios puestos de dirección en organizaciones de consultoría y formación – Soy licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales – Colaboro con varias escuelas de negocios y empresas de consultoría – He sido Profesor Asociado en la Universidad de Sevilla – Coordino la Antena de Trabajo en Andalucía de la Federación Internacional de Coach – Cartografía Emocional es mi proyecto más personal.
Jose Luis Perez Huertas, Ph.D.
Socio Director en Talent Factory, Director de Programa en EAE BS, Consultor en Desarrollo Directivo, Coach Ejecutivo PCC
EAE Business School
Universidad Camilo José Cela
Madrid y alrededores, España
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Fuente: Cartografía emocional 

Imagen: Controlador vs humildad    


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